Un tercio de los colombianos abandonaría las redes sociales para garantizar su privacidad
Según el reciente Informe Global sobre la Privacidad de Kaspersky, 3 de cada 10 colombianos (34%) estarían dispuestos a darse de baja de las redes sociales si así pudieran garantizar la privacidad de sus datos para siempre.
Los miedos asociados a la privacidad digital generan ansiedad y preocupación sobre la utilización y distribución de sus datos personales en internet. En este informe se ofrece una visión general sobre cómo y por qué los usuarios otorgan un valor cada vez mayor a su información personal.
Las redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter desempeñan un papel muy importante en las vidas de los colombianos. Según el informe de Kaspersky, el 94% de los colombianos ya cede sus datos personales a estas empresas como moneda de cambio para expresar sus ideas, comunicarse con amigos o familiares, o ponerse al día de las últimas noticias, ideas y tendencias.
No obstante, al margen de los numerosos beneficios que las redes sociales aportan, son muchos los que estarían dispuestos a abandonarlas si este fuera el precio a pagar por recuperar su privacidad digital para siempre.
El informe revela que el 17% de los colombianos reconoce ceder información personal para registrarse o participar en juegos y concursos divertidos – “¿A qué famoso te pareces? o “¿cuál es tu comida favorita?”-, algo que no podrían hacer si salieran de las redes sociales.
Adicionalmente, abandonar las redes sociales haría más complejo el proceso de ingresar a diferentes páginas y servicios web, el 63% de los colombianos vincula estas cuentas a sus perfiles de Facebook o Twitter.
Resulta aún más curioso que en un país en el que los smartphones han superado un índice de penetración de mercado de un 69%, el 34% de los colombianos estaría dispuesto a despedirse de su teléfono inteligente si así pudiera garantizar la privacidad de sus datos para el resto de su vida.
Hoy las redes sociales han llegado a un punto en el que la calidad de la experiencia del usuario es directamente proporcional a la cantidad de información que esté dispuesto a ceder, ya sea información financiera, de geolocalización, sobre su patrón de compra, sus preferencias de comida o su situación sentimental. Por ello, no es extraño que ese sentimiento de nostalgia por la privacidad perdida pueda estar resurgiendo.