Michelin, la reconocida marca de neumáticos, tiene como emblemático logotipo al muñeco Bibendum, uno de los iconos publicitarios más célebres mundialmente. Esta es su historia.

A finales de 1800, los hermanos Michelin, exhibían neumáticos en Lyon, Francia, cuando la ingeniosa idea tomó forma; darle brazos y piernas a los neumáticos apilados. Así nació Bibendum, el “bebedor de obstáculos”, inspirado irónicamente en un personaje cervecero alemán.

En su juventud, el muñeco reflejaba las tendencias de la época, luciendo un monóculo y neumáticos delgados como los de bicicleta, el principal mercado de ese entonces. Pero a medida que las décadas avanzaban, este ícono demostró su capacidad de reinventarse.

Se despojó de sus accesorios pasados de moda y se puso en forma, musculoso pero acogedor, con zapatos deportivos que lo mantenían ágil. Todo ello, encarnando los valores modernos de Michelin: seguridad, comodidad y desempeño en la carretera.

No obstante, una cualidad ha permanecido inalterable, su distintivo color blanco, símbolo de pureza y confianza. Como explica Helen Tattersall, de Michelin: “Bibendum, evoluciona junto a nuestros clientes, recordándonos el mensaje implícito de usar nuestros neumáticos: independientemente de su vehículo, con Michelin está seguro”.

En el año 2000, el muñeco alcanzó su apogeo cuando el Financial Times, lo nombró el mejor logotipo del mundo. Desde las ferias locales hasta liderar el reconocimiento global, este personaje ha demostrado ser mucho más que un simple ícono publicitario.

El logotipo, encarna los ideales incansables de facilitar el viaje por carretera. Un guardián que, con su cálida sonrisa, recuerda que la movilidad puede ser segura, cómoda y hasta divertida cuando se conduce sobre neumáticos Michelin.

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