El expresidente de EE. UU., Donald Trump, lanzó al mercado unas zapatillas doradas valoradas en $399 dólares, las “Never Surrender High-Tops”.

Tras ser penalizado con el pago de $354.9 millones de dólares, por engañar a prestamistas sobrevalorando fraudulentamente su patrimonio neto, Donald Trump, presentó su propia marca de zapatillas. Este lanzamiento, ha generado reacciones encontradas, evidenciando cómo la política se entremezcla con el mundo del marketing.

Las zapatillas doradas, con detalles de la bandera estadounidense y que cuestan $399 dólares, se venden en el sitio web de Trump junto con su colonia “Victory47”. Si bien la página asegura no tener vínculos con la campaña de Trump, sus funcionarios promovieron la presentación en redes sociales.

“Sólo quiero decirles que he querido hacer esto durante mucho tiempo. Tengo gente increíble que trabaja conmigo en cosas y a ellos se les ocurrió esto, y es algo de lo que he estado hablando durante 13 años, y creo que será un gran éxito”, afirmó Trump.

El anuncio, ocurrió justo después de que el juez Arthur Engoron, ordenara a Trump y sus hijos, pagar una fuerte multa por fraude financiero durante 10 años. Trump, arremetió contra esta decisión, tildándola de “complot de interferencia electoral de izquierda” para impedir que vuelva a ser presidente.

Más allá de la polémica legal y política, este lanzamiento, muestra la capacidad de Trump de capitalizar su imagen. Utilizando temas patrióticos y un mensaje desafiante de “nunca rendirse”, apunta a su base electoral, buscando réditos comerciales.

En definitiva, las glamorosas y costosas zapatillas de Trump, diseñadas para provocar y polarizar en medio de sus problemas judiciales, representan otro capítulo en la compleja interfaz entre política, dinero y marketing.

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