Hace unos años manejé una cuenta de electrodomésticos y efectivamente uno de sus picos de ventas es el día de la madre.
Como mujer independiente, moderna, empoderada y viniendo de una familia con una mamá super ejecutiva que no tenía tiempo de ser ama de casa, me parecían ofensivos y sexistas ese tipo de “regalos”. Los veía simplemente como objetos funcionales obligatorios, hasta que conocí la categoría y pude entender muchas cosas, sobre todo del grueso del mercado -no de los pocos que podemos elegir electrodomésticos por marca, gadgets tecnológicos y color-. Aquí se las cuento:
1. Hay madres colombianas que aún lavan a mano. Una lavadora en casa no está al alcance. Por eso, que la familia ahorre o adquiera un crédito para comprarla (aunque les sirva a todos) es un regalo que le facilita la vida a quien lava y es bien recibido.
2. En los barrios populares alquilan lavadoras por horas. Las llevan en un carrito hasta donde las necesitan. No imagino cuánto duran esos electrodomésticos con ese trajín, pero deben tenerlo contemplado los dueños del servicio (y algo debe dejarles desde que sigue vigente). La necesidad está, ellos la suplen.
3. La remodelación de las cocinas es un regalo aspiracional, mujeres de estratos tres aún sueñan -sí, leyó bien, sueñan- con eso y cuando los hijos o nietos se unen para regalárselas, son felices.
4. Increíblemente en muchos hogares aún los artículos de primera necesidad son televisores, equipos de audio y celulares, una vez cubierto eso, si piensan en mejores neveras, estufas o lavadoras.
5. Si no existiera una necesidad real del mercado, los créditos de las empresas de servicios públicos o almacenes de cadena para adquirir electrodomésticos, tampoco existirían. Comprarlos en un solo pago, para muchas familias aún es un lujo y la mamá lo sabe. Entonces cuando les llega como un regalo, no las ofende.
Por eso siguen y seguirán existiendo ofertas de ese tipo sobre todo en esta época.
Entonces, en lugar de pelear con el detonante regalo, aprovechemos para hacer una mejor comunicación, recordando que hablando de mamás, la publicidad emocional no solo pretende conmoverlas y sacarles una lágrima, también puede conseguir que un insight las haga reír.
Qué tal cambiar los titulares sexistas por:
“El verdadero regalo para mamá es que todos aprendan a usarlos”
“Arroz a un clic. Regálale a mamá la tranquilidad de que hasta tú, puedes hacerlo”
“Una estufa que todos en casa pueden limpiar, mientras ella descansa”
“Ella no quiere una lavadora nueva, quiere que todos aprendan a lavar su ropa”
Culmino con una pregunta: Si a usted le regalan una nevera Samsung French Door Family Hub, ¿se molesta? Porque ¡yo no!
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