Tras las protestas en contra de la violencia policial y la injusticia racial en Estados Unidos, las marcas compitieron consigo mismas para demostrar cuán comprometidas estaban con la diversidad y la inclusión.
A medida que el foco de las noticias fue cambiando de rumbo, muchas marcas hicieron la cuestión a un lado y retomaron su actividad normal. La recomendación para el marketer, al diseñar sus diferentes planes, es la de encontrar la manera de incorporar cuestiones sociales y medioambientales en el trabajo diario. Sin olvidar que la generación z y los millennials son quienes exigen que las marcas cumplan con sus objetivos de responsabilidad social corporativa.
Cuando las marcas priorizan la diversidad, sus anuncios se perciben como más efectivos. No obstante, si bien la mayoría de estas iniciativas se enfocan en aspectos como la diversidad de género y de raza, los marketers empiezan a dimensionar que sus marcas deben adoptar un enfoque más holístico en torno a la inclusión, en especial en lo que respecta a las representaciones de discapacidad.
A medida que más personas aprenden cómo hacer pedidos desde una app o a organizar videollamadas familiares, se volverán menos tolerantes con una tecnología y experiencias de usuario que sean poco amigables, y eso llevará a importantes cambios a las marcas.
Los usuarios no tolerarán los vínculos rotos, páginas lentas ni sitios web exclusivos para desktop, entre otros. La publicidad se especializará en brindar experiencias publicitarias encantadoras y funcionales de principio a fin.
Las marcas se concentrarán en el comercio electrónico transmitido en vivo: grandes esfuerzos puestos en desarrollo de video, creación de podcast, ventas de productos en línea, capacitación de influenciadores para vender productos en línea y transmisiones en vivo, serán tema cotidiano de un comercio que cada vez deberá ser más original y competido.
Las marcas incursionan en la realidad aumentada. Sin embargo, el aislamiento que impuso la pandemia obligó a llevar la tecnología al próximo nivel. Este hecho podría indicar el momento en el que la RA finalmente pasa a formar parte de la cultura de masas, por ende ganará una posición sólida en las compras, el entretenimiento y la comunicación. La transición será aún más fluida porque muchos consumidores ya cuentan con dispositivos de nueva generación en su bolsillo.
El influencer marketing pronto alcanzará una inversión cercana a los USD 15.000 millones en los próximos dos años. Pero, el futuro no yace en las megaestrellas ni en sus millones de seguidores, sino en los microinfluencers.
El reto está en elegir a las personas adecuadas para representar el producto, programa o marca, por ende los microinfluencers tienen menos seguidores (entre 1,000 y 100,000), pero aseguran un mayor sentido de comunidad, por lo que pueden elaborar mensajes que realmente tendrán impacto en el nicho de mercado.
Las diferentes generaciones presentan importantes problemas de salud mental a raíz de la pandemia, como era de esperarse, y es ahí donde las marcas pueden hacer algo por la gente. Todavía falta tiempo para vacunar al planeta entero, además de que también tomará tiempo curar los estragos que ya ha producido la pandemia. Los especialistas en marketing están llamados a incorporar la salud y la felicidad en sus planes de 2021, con medidas que generen cambios positivos en la sociedad.
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