Palabras como autenticidad, sostenibilidad, eco-amigable y empoderamiento, se han convertido en conceptos que buscan conectar con un público que valora estos ideales, pero, ¿qué pasa cuando estas palabras se usan sin el respaldo de acciones reales?
Actualmente, el marketing superficial es un fenómeno en auge. Se trata de utilizar frases de moda o valores emocionales para captar la atención, pero sin un compromiso genuino detrás de ellos. Si bien estas estrategias pueden funcionar a corto plazo, la realidad es que muchos consumidores están empezando a notar la diferencia, entre una promesa vacía y un compromiso real.
Esto puede tener un impacto directo en la confianza que sienten hacia las marcas, especialmente cuando perciben que estos términos son solo eso, palabras bonitas. Se trata de un fenómeno que muchos perciben negativamente y que tiene connotaciones negativas como el greenwashing. A nadie le gusta sentirse engañado.
De acuerdo con el Estudio de Accenture sobre Consumidores y Sostenibilidad, el 78% de los consumidores siente que las empresas abusan de palabras como ético o sostenible, en sus campañas, y solo el 37% confía en que realmente cumplen con sus promesas.
Además, el 65% afirma haber sentido decepción al darse cuenta de que las afirmaciones de marketing de algunas marcas no son más que publicidad vacía. En el mismo sentido, el 58% asegura que abandonaría una marca si descubriera que utiliza prácticas de greenwashing, es decir, que aparenta ser ambientalmente responsable sin serlo realmente.
¿Qué implica todo esto? Que las empresas necesitan considerar si están siendo realmente transparentes y genuinas en sus mensajes. Los consumidores hoy están más informados y son más críticos, y cuando eligen una marca, buscan que sea honesta en lo que ofrece y representa.
Por supuesto, esto no significa que las empresas deban abandonar los temas sociales o valores éticos en su marketing. Al contrario, pueden hacer mucho bien al involucrarse de manera genuina en estos temas, siempre y cuando lo hagan de verdad. Un mensaje auténtico, respaldado por acciones, puede fortalecer la relación con los clientes y aumentar su lealtad.
En cambio, cuando una marca se sube a una tendencia sin respaldo, corre el riesgo de alienar a sus consumidores, quienes pueden sentirse defraudados si descubren que los valores promovidos no son más que una estrategia.
En definitiva, la clave parece estar en la autenticidad y en una comunicación transparente. La relación entre marcas y consumidores, puede ser profunda y positiva, pero también puede llegar a ser frágil. Y, cuando se trata de confianza, cada acción cuenta.
Esteban, es comunicador social y periodista de la Universidad Central de Colombia, Magister en Historia y Crítica de la Arquitectura el Diseño y el Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. Fue subdirector de contenidos de la Revista proyectodiseño y actualmente, se desempeña como redactor creativo en la industria del iGaming. Su vida transcurre entre derivas etílicas y encontrar su camino a Chengdu.
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