Nacido en Worcester, Massachusett en 1921, Ball, fue un talentoso diseñador gráfico cuya creación de un pequeño y simple dibujo en 1963, terminaría por convertirse en uno de los íconos más reconocibles a nivel global: el smiley o “carita feliz”.
La historia del smiley, comienza en medio de una situación laboral complicada. A principios de los años 60, una compañía de seguros llamada “State Mutual Life Assurance”, enfrentaba una caída en la moral de sus empleados tras una fusión. Con el objetivo de levantar el ánimo de su equipo, contrataron a Ball, para crear un símbolo que pudiera inyectar optimismo y un sentido de unidad en la empresa.
Harvey Ball, tardó apenas diez minutos en realizar el diseño. En un papel dibujó un círculo amarillo con dos ojos negros y una amplia sonrisa. Esta expresión simple, alegre y universal, tenía el objetivo de evocar felicidad y aligerar el ambiente. A cambio, recibió solo 45 dólares por su trabajo, sin imaginar que este ícono sería reproducido millones de veces en todo el mundo.
La popularidad del smiley, comenzó a crecer cuando se imprimieron cientos de botones con el dibujo y se distribuyeron entre los empleados. La respuesta fue tan positiva, que pronto se comenzaron a ver estos botones en otros entornos fuera de la empresa, contagiando de optimismo y simpatía a más personas. Durante la década de los 70, el smiley, se convirtió en un símbolo cultural, asociado a frases como “¡Que tengas un buen día!” y se transformó en un ícono de la contracultura, representando una actitud positiva y despreocupada frente a la vida.
Con el tiempo, el smiley adquirió una vida propia, adaptándose a los cambios sociales y culturales. Desde ropa hasta campañas publicitarias y, finalmente, emojis en dispositivos digitales, el smiley sigue siendo una representación universal de la felicidad. Sin embargo, Ball, nunca patentó su diseño, lo cual le impidió recibir las regalías de este fenómeno global. Aun así, en lugar de arrepentirse, se mostró satisfecho al ver que su creación había traído alegría a millones de personas.
El diseñador, consciente de la influencia que había alcanzado su diseño, decidió en 1999 establecer el World Smile Day o Día Mundial de la Sonrisa, con el lema “Haz un acto de bondad. Ayuda a que una persona sonría”. Desde entonces, el primer viernes de octubre se celebra este día, en el que se invita a la gente a realizar actos de amabilidad y a esparcir felicidad. Ball falleció en 2001, pero su legado sigue vivo, recordándonos la importancia del optimismo en nuestra vida diaria.
Esteban, es comunicador social y periodista de la Universidad Central de Colombia, Magister en Historia y Crítica de la Arquitectura el Diseño y el Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. Fue subdirector de contenidos de la Revista proyectodiseño y actualmente, se desempeña como redactor creativo en la industria del iGaming. Su vida transcurre entre derivas etílicas y encontrar su camino a Chengdu.
El diario New York Times no solo informa, también entretiene. Lo que comenzó como un…
Trabajar como freelance en Colombia puede ser una aventura emocionante, pero también trae consigo el…
Beefeater 24, uno de los gins más icónicos del mundo, ha dado un paso audaz…
Arturo Calle no solo es un nombre conocido en el mundo de la moda masculina…
Las Islas Marshall, amenazadas por el aumento del nivel del mar, presentan la “No Home…
La red social TikTok enfrenta prohibiciones y restricciones en diversos países, debido a preocupaciones de…