Una de mis fortunas fue emprender un proyecto lleno de retos personales en un país distinto al de mi origen, tierra que me encanta y que valoro como propia.
Contra pronósticos reservados vine con convicción a sentarme en «la silla más caliente de la publicidad ecuatoriana» -así me lo advirtió en mi primer día uno de los grandes y buenos tipos que tiene este oficio aquí-. Afortunadamente, no me gusta sentarme, así que, gracias a eso y a aportar en el trabajo diario, pude crecer con un equipo sobresaliente de personas maravillosas, por las que he llegado a sentir ese tipo de afecto y de respeto que solo se siente por quienes son capaces de cambiar algo para bien.
Le agradezco enormemente a tantos profesionales, colegas, clientes y partners de la producción que compartieron su talento conmigo en estos más de seis años; tuve el privilegio de conocer parte de sus vidas, sus sueños y sobretodo sus miedos, en las horas malas nos descubrimos valientes y sentimos nuestros corazones bien grandes. ¡Gracias por creer que pueden existir otras formas más sensatas de llevar este hermoso oficio de la publicidad, evitando su falso glamour y la reventa indiscriminada de humo!
Siempre nos va a quedar la sensación de que nos faltó tiempo, pero la realidad es que, juntos, al abstenernos ante el facilismo, sentimos cierto alivio y la suficiente motivación colectiva. Incluso nuestras equivocaciones humanas nos engrandecieron. Gracias por haber aportado en los objetivos y en los resultados de muchas marcas y de este proyecto al que le metimos el alma. Si esos resultados fueron reales, sobrevivirán al tiempo y a los profetas.
Fue increíble para mi carrera aprender de cada uno de ustedes y corroborar unidos que es posible apostar por no utilizar las feas y viejas costumbres de la industria, así sea por tiempo limitado. Amé tantos cuestionamientos inteligentes que escuché y todas esas respuestas que probamos contra el mercado. La incomodidad natural que tuvimos hacia la mediocridad y la aceptación de nuestra diversidad de pensamiento fueron nuestras fortalezas.
Muchas marcas solicitan notas de prensa para mostrar sus productos y servicios, para hacer visibles sus propuestas. Los que adoramos esta búsqueda incesante de los resultados de negocio, la estrategia, la comunicación y las ideas, entendemos el uso de esta dinámica, utilizada para decirle a millones, algo a menudo muy poco importante para ellos. Por eso le agradezco a Ultravioleta por este espacio para dedicarle esta nota a personas realmente importantes para mí: disculpen mis desaciertos… y muchas gracias, por tanto.
Sigan creciendo y dejando que su cerebro escuche, pero ante todo que sea su última propuesta —y la de su marca— quien lo diga y lo demuestre por ustedes. Me siento tremendamente feliz y orgulloso de haberlo invertido todo en nosotros.
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