Si al igual que yo, usted lleva años trabajando en publicidad y también soñó con ser futbolista, pero todo se quedó en eso, en un sueño, posiblemente esté de acuerdo en que la publicidad y el fútbol están llenos de estrellas, algunas fugaces, otras que buscan brillar solas y las que están bastante estrelladas.
Hay ansiosos que se quieren lanzar al campo buscando ser protagonistas, hay espectadores que siempre miran lo que hacen los demás y hay fanáticos a muerte que defienden a sus equipos sin saber qué pasa al interior.
Hay quienes pretenden hacer el mismo gol que otro ya hizo, hay quienes intentan hacer un gol que para todos parece imposible, hay quienes están siempre en el momento exacto para meterla, están los que tienen el arco cerrado, pero eventualmente la meten, y están los que nunca dejarán de intentarlo, aunque siempre les pegue en el palo.
Hay unos que hablan y hablan en entrevistas acerca del compromiso con el equipo y la importancia de sudar la camiseta, pero por el dinero siempre se la quitan. Hay recoge bolas, camarógrafos, encargados de utilería, vestuaristas, directores técnicos, asistentes, titulares y suplentes, hay rankings, comparaciones y muchos, muchos blogs con los mejores goles de la semana.
Están los que siempre se suben a recibir el premio, los que hablan de su éxito personal, los que agradecen a sus equipos y los que año tras año aplauden desde las graderías como si acumularan ovación esperando que un día les toque a ellos y les devuelvan tantos aplausos.
Hay unos que se retiran por la puerta grande, otros que se retiran para ser técnicos y otros que la vida los retira con los pies por delante.
Hay socios, hay hinchas, hay fans, hay seguidores, hay borrachos, hay comprometidos, hay equipos que no son para todos los jugadores, hay jugadores que van y vuelven, hay jugadores que nunca debieron irse y otros que nunca debieron volver.
Hay quienes fueron señalados por su mal desempeño y un cambio técnico los sacó de las cenizas. Hay jugadores viejos muy junior y otras jóvenes promesas muy senior.
Hay diferencias horarias, hay dueños, hay reglas, hay más reglas, hay muchos más equipos en dónde jugar, aviones, muchos aviones, nuevos destinos increíbles que conoces cuando haces lo que amas, muchas redes sociales, muchas ganas de alcanzar el éxito y para otros la fama.
Hay nuevas maneras de hacer las cosas y hay viejas maneras que los nuevos no conocen y así como en el fútbol, hay un trabajo que tristemente hemos deteriorado por pensar más en el dinero que en el resultado, y al final del día, manejado con las patas.
Carlos Vergara
Director General Creativo de MullenLowe Delta, Ecuador
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