Cambiar la mentalidad y la resistencia -natural en todo proceso de transformación- de un modelo presencial milenario ha representado esfuerzos y adaptabilidad. Si bien los estudiantes son nativos digitales, no sucede lo mismo con los docentes. Algunos de ellos aún tenían sus reservas frente al uso de tecnología en las aulas de clase, y para otros, sin embargo, esta ha sido la oportunidad para experimentar fórmulas creativas y resilientes que han conseguido buenos resultados.
Dos ejemplos son Katherine Franco de la institución Educativa José Asunción Silva, en Medellín, y Juan Felipe Caballero, director de la carrera de Ingeniería Industrial de la U. Javeriana. Debido a sus experiencias ellos asumieron un liderazgo en la transformación no solo de sus propias aulas, sino de sus instituciones en conjunto, y con sus historias dejaron una serie de lecciones aprendidas.
Uno de los primeros pasos que Katerine implementó fue el desarrollo de una encuesta para entender las condiciones de los estudiantes. “Esto nos permitió identificar que la mayoría de los estudiantes solo tenían acceso a un celular que era de sus padres, por lo que debíamos adaptar nuestros contenidos a esta realidad”.
“Algunos padres de familia tenían miedo de que sus hijos perdieran el año por no estar familiarizados con la tecnología, por lo que lo primero fue tranquilizarlos, y transmitirles confianza para emprender este proceso junto con los estudiantes”.
“Algo que siempre me ha funcionado muy bien es mostrarles qué puedo lograr con las herramientas, qué capacidades o qué potencial tienen para que ellos se hagan una idea de cómo podrían implementarla en sus clases, es más que solo explicar cómo funcionan la herramientas”.
“He ido incorporando nuevas herramientas como Padlet, presentaciones en Sway y otros elementos, pero muy gradualmente para no generar un estrés innecesario en las familias”.
“Es interesante ver cómo por ejemplo se puede cambiar el envío de un simple documento en Word de un taller, por una presentación Microsoft Sway que incluya videos, mapas conceptuales, imágenes, y que se asemeje más a un libro con el que los estudiantes pueden interactuar, acelera la curiosidad”.
En las clases tradicionales, aún existe la presión social que genera levantar la mano para hacer una pregunta. Juan Pablo descubrió que ciertas dinámicas generadas por plataformas como Microsoft Teams, le daban la confianza a más estudiantes de participar.
Las plataformas están transformando el rol de profesor, quien ya no es un docente, sino que se convierte en un mentor de sus alumnos y termina por realizar una labor de acompañamiento.
“En este momento, los profesores están más expuestos que nunca. La clase ahora también la ven los padres, los tíos, los hermanos”.
“No todo son diapositivas. Yo personalmente necesito escribir en tablero y es muy diferente hacer ese ejercicio en una tableta, que en un tablero normal”. Hay herramientas como la pizarra, que permiten recrear virtualmente este tipo de espacios.
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